Un paso más cerca pero no podemos olvidar la historia
Después de que se tuviera que posponer la sesión para la aprobación en primer debate del proyecto de Ley sobre Acoso Sexual Callejero, por fin este martes 9 de junio, se logró estar un paso más cerca de la penalización de este tipo de violencia de género pero no podemos olvidar la historia de como llegamos hasta aquí.
Para empezar, varias colectivas como Peras del Olmo, con la dirección de Ari Reyes y Acción Respeto, empezaron a visibilizar en redes esta problemática. Eventualmente, nosotra también desde la Asociación Ciudadana ACCEDER, nos sumamos. Para este momento, se planteó el interés de un grupo de diputadas que querían darle apoyo a un posible proyecto. No fue nada fácil construirlo. En ese momento ACCEDER era parte de Peras del Olmo y por lo tanto participamos, aportando técnicamente de la construcción de un texto, con el apoyo incondicional del INAMU, no obstante, como es usual, los intereses partidarios establecieron plazos que no correspondían al ritmo ni de sociedad civil o del INAMU ni tampoco a nuestras demandas. Adicionalmente, las negociaciones también partidarias, hicieron que no fuera un proceso de construcción realmente participativo en conjunto con otras organizaciones sociedad civil pero finalmente, dado que no podíamos forma de presionar más y que las diputadas tomarían la decisión que más les conviniera, acordamos centrarnos en el título así como en la exposición de motivos. Así que finalmente, el 8 de marzo del 2017, se logró presentar un proyecto con el que no estábamos plenamente satisfechas pero el Grupo de Mujeres Parlamentarias había avalado. Ese día de la presentación, casi se les olvida que sociedad civil había sido vital para ese proceso y por poco nos dejan sin la palabra, lo cual me hace recordar que ningún proyecto de ley debería ser construido sin participación de la población a la cual toca directamente y de la sociedad civil organizada.

Los problemas no se quedaron aquí ya que el mismo Poder Judicial se opuso rotundamente al reconocimiento de la necesidad de reconocer este tipo de violencia como delito y al aumento de penas, por lo cual presentaron una propuesta que contravenía el principio de progresividad y no regresión de los derechos humanos, bajo la excusa de que aún no era momento para avanzar tanto. La diputada Nielsen Pérez, quien había sido asesora legislativa y quien había estado a cargo también de la construcción del proyecto inicial, con justa razón se opuso públicamente a esta propuesta del proyecto del Poder Judicial, uniéndose a la voz de la Asociación ciudadana ACCEDER, Peras del Olmo, del INAMU y de Defensoría de los Habitantes.
La ironía de esto, es que podemos invisibilizar que este tipo de agresiones tiene como principal víctimas a las mujeres según confirman los datos estatales del Observatorio de Violencia de Género contra las mujeres y acceso a la justicia del Poder Judicial costarricense. Costa Rica en este momento no individualiza este tipo de agresiones, por lo cual es muy difícil tener datos precisos, no obstante queda claro en las estadísticas sobre violencia sexual que el género determina las posibilidades de las mujeres de ser víctimas de este tipo de violencia, mientras que evidencia que los agresores suelen ser hombres.
Todo esto nos lleva a la discusión de la primera semana de junio de este año en curso, en donde se quería aprobar en primer debate pero esto genero que algunos diputados, ya fuera de manera explícita o mediante los mecanismos que nuestra democracia permite, se opusieran llegan al absurdo de decir que el proyecto estaba desbalanceado o que se pensaba de manera egoísta por pedir pedir un aumento de las penas en comparación a la situación actual en la cual a lo sumo llega a contravención y la gran mayoría de los casos queda impune.
Sociedad civil se entero un día antes de la discusión de este debate cuando algunas diputadas nos pidieron apoyo y aunque no estábamos del todo contentas con el proyecto sabíamos que era un paso adelante por lo cual se tomaron diversas acciones entre las cuales se recogieron más de 20.000 firmas para exigir a la Asamblea Legislativa que se aprobara este proyecto. El INAMU también actuó y se pronunció vehementemente a favor de este e incluso diputadas dieron sus testimonios sobre la violencia sexual callejera que había vivido. Las estudiantes universitarias, a pesar de no haber sido involucradas en el proceso de creación del proyecto tal y como correspondía también alzaron su voz y coordinaron múltiples acciones.
Aquí estoy dejando muchos detalles de lado y espero poder actualizar esta entrada, ojalá con insumos de las otras colectivas, pero no quiero dejar pasar el momento, y que parezca que este logro, este paso, por pequeño que sea, porque tenemos una lucha larga por delante, quede inmortalizado como un logro partidario o de una sola persona. Este es un fruto de una lucha que dimos muchísimas personas, desde diferentes trincheras, con diferentes estrategias y diferentes propósitos pero un solo objetivo: que el acoso sexual callejero no sea una violencia que quede impune.
Así que el 9 de junio se aprobó en primer debate el proyecto de ley 20.299, después de que el día anterior se tuviera que posponer la sesión por falta de quórum.

¿Qué dice este proyecto de ley 20.299?
Quedan muchos pendientes, ya que este proyecto debe de ser aprobado en segundo debate y luego reenviado al Poder Ejecutivo, además de que tendremos que ver como se implementa y esto se relaciona directamente con la formación de los jueces y juezas en relación a derechos humanos y género.
Si quieren leer el proyecto lo pueden hacer haciendo click a este link Proyecto de Acoso Sexual Callejero aprobado en primer debate 20.299